La harina integral, es una harina molida no refinada, ya que contiene la piel y la vaina del
cereal. La harina integral es más digestiva, pues contiene mayor porcentaje de fibra que la harina
convencional. También contiene más vitamina B y minerales, proporcionando mayor calidad a los
alimentos que se derivan de ella.
En el mercado hay distintos tipos harina integral: de centeno, salvado, avena,
espelta, trigo, arroz, etc. Hoy en día, es fácil encontrar cualquiera de estas variedades, ya que
hay una tendencia hacia la alimentación sana y equilibrada.
La harina integral mejora el sistema circulatorio y nuestro corazón gracias a
que es un alimento bajo en colesterol. También pueden tomarlo las personas con problemas de ácido
úrico, gracias a su bajo contenido en purinas, y evitar los molestos problemas de gota. Además, la
harina integral
ayuda en el metabolismo de los huesos y en la coagulación de la sangre gracias a su contenido en
vitamina K. Los hidratos de carbono que contiene son de un mayor poder nutricional que la de la
harina blanca.
Receta de pan integral con semillas
- Medio kilo de harina integral.
- 200 gramos de salvado de avena.
- 1 kilo de harina de trigo.
- 2 cucharadas de leche en polvo.
- 1 cucharada de sal.
- 1 cucharada de azúcar integral.
- 50 gramos de semillas de fenogreco.
- 100 gramos de semillas de quinoa previamente lavadas.
- 100 gramos de semillas de lino.
- 100 gramos de levadura fresca, o bien, 3 cucharadas y media de levadura
seca.
- 3 tazas de agua tibia (unos 750 mililitros).
- 1 taza de aceite de oliva.
Preparación del pan integral con semillas
En un recipiente grande, poner la
harina integral, el salvado, la
harina de trigo,
la leche en polvo, la sal y el azúcar. Mezclar bien todos los ingredientes.
Aparte, colocar las semillas de quinoa en un colador y enjuagarlas varias veces
bajo el chorro de agua para retirarle la película de sabor amargo que la recubre. Dejarlas escurrir
bien.
Colocar en una sartén las semillas de fenogreco, de lino y de quinoa. Agregarle
1 cucharadita de azúcar, una pizca de sal y unas gotas de aceite. Llevar al fuego e ir mezclando 2
minutos o hasta que los ingredientes se hayan mezclado bien.
Retirar las semillas e integrarlas a las harinas.
Formar un hoyo en el centro e incorporar la levadura desgranada. Alrededor de la
harina añadir el aceite y en la levadura ir agregándole agua mientras se va integrando la harina
mezclando con una cuchara.
Una vez integrada el agua la masa debe quedar muy pegajosa pero sin llegar a
pegarse en los bordes del recipiente. La mezcla obtenida debe ser blanda y pegajosa. Si no es así,
añadir agua hasta lograrlo.
Volcar la masa sobre la mesa enharinada y comenzar a amasarla siempre con ayuda
de algo de harina que facilite el amasamiento. Lograr que quede lisa, elástica, blanda y nada
pegajosa.
Formar un bollo y colocarlo en un recipiente que sea suficientemente amplio para
que la masa pueda levar duplicando su tamaño sin problemas. Cubrir el recipiente y colocarlo en un
lugar cálido fuera de corrientes de aire.
Una vez levada la masa se vuelca sobre la mesa ligeramente aceitada y se amasa
solo lo suficiente como para quitarle el aire que absorbió y retornarla a su tamaño inicial.
Repartir la masa en distintas porciones y estirarlas un poco. Acomodarlas en una
placa limpia, cortar 2 cortes en cada porción. Cubrirlos con un paño y dejarlos levar
aproximadamente media hora.
Precalentar el horno a 220 ºC durante unos 20 minutos. Hornear unos 15 o 20
minutos. Retirar los panes integrales con semillas y dejarlos enfriar.