La harina de maíz es el polvo que se obtiene de moler el grano del maíz. Si se trata de
harina refinada, será de color blanca, por el contrario, si se trata de harina integral de maíz,
será de color amarillento.
La harina de maíz contiene una proteína llamada zeína y almidón. Es un alimento
rico en carbohidratos y yodo; contiene también vitaminas, proteínas, minerales. Beneficia a nuestro
sistema circulatorio y nuestro corazón, ya que su consumo mantiene bajo el colesterol. La
harina de maíz
es favorable para las personas que padecen gota, gracias a su bajo contenido en purinas que evita
que aumente el nivel de ácido úrico en el organismo. Gracias a su alto contenido en yodo, contiene
propiedades que ayudan al correcto funcionamiento de las células y regulan nuestro nivel de
energía. Carece de gluten por lo que resulta beneficiosa para las personas celiacas, favoreciendo
las digestiones y evitando las alergias. Suele utilizarse junto a la
harina de trigo,
cebada, centeno o avena, para conseguir consistencia al preparar pan, además de aportarle los
aminoácidos en los cuales es deficiente.
La harina de maíz le da un sabor especialmente sabroso al pan hecho en una
panificadora casera, y hace que su miga sea de un apetitoso color dorado. También resultan
deliciosos los bizcochos de harina de maíz y limón, de miga más densa que los que están preparados
con harina de trigo.
La harina de maíz se suele utilizar en la industria alimentaria para la
confección de azúcar con la que se edulcora los alimentos. Lo que llamamos comúnmente
«maicena», se consigue moliendo la
harina de maíz
finamente y separando su germen, de ese modo, podemos utilizarla para espesar salsas y rebozar
algunos alimentos antes de freír.
En Italia y Argentina, al moler la harina de maíz gruesamente se obtiene la
polenta. En Méjico, añadiéndole agua (sin levadura) se obtienen las tortas mejicanas, de delicioso
sabor, que acompañan a quesos fundidos, carnes y vegetales.
Cabe destacar, la harina de maíz integral que contiene una variedad de
ácidos grasos esenciales y fibra. Resulta difícil de conservar, pues tiende a ponerse rancia con
rapidez cuando está en contacto con la luz solar o el calor. Es importante mantenerla en un lugar
seco y sin luz, guardándola si es posible en un frasco de cristal, en algunos casos se aconseja
guardarla directamente en la nevera. Se puede añadir a masas elaboradas con harina de trigo, y es
ideal para panes planos o tortitas. El preparado de bizcochos, pasteles rellenos y panes es todo un
placer.
Receta de pan de maíz casero
- 150 gramos de harina de maíz.
- 125 gramos de harina de trigo.
- 1 sobre de levadura.
- 2 cucharadas rasas de azúcar.
- 100 mililitros de aceite o 100 gramos de mantequilla.
- 100 mililitros de leche.
- 2 huevos.
Elaboración del pan de maíz
Mezclar siguiendo el orden de los ingredientes en un recipiente. Engrasar un
molde rectangular y verter la masa resultante. Hornear durante 20 minutos a 210 ºC.
El pan de maíz es ideal para servir en el desayuno en rebanadas, untadas de
mantequilla o aceite de oliva.