La harina de mandioca se obtiene de la raíz de la planta de la mandioca. Estas raíces
tuberosas son enormes y muy abundantes, pudiendo alcanzar de 1 a 2 metros de longitud y los 23
centímetros de diámetro. Las raíces de la mandioca suelen ser algo toxicas, por lo que se
recomienda lavarlas bien, pelarlas, cortarlas en pequeños trozos y rallarlas, extrayendo el líquido
sobrante que se descarta. Se dejan reposar para que fermenten y se secan al sol para que elimine
totalmente sus impurezas. Se cree que fueron los antiguos Mayas del Yucatán quienes primero la
cultivaron.
Hoy en día, el mayor cultivo de la mandioca se produce en África, México y
Brasil. Es un alimento muy resistente a la escasez de agua y a las enfermedades, de fácil y
abundante productividad, que tiene la peculiaridad de mantenerse en el suelo, pudiendo ser recogido
hasta dos años después de su producción. Esto favorece que los países menos desarrollados, puedan
beneficiarse, ya que puede abastecer la necesidad de alimento durante mucho tiempo.
En cuanto a su composición nutricional la
harina de mandioca
contiene una gran cantidad de carbohidratos en forma de almidón. Gracias a que su contenido en
grasas es muy bajo, es adecuada en dietas para adelgazar, siempre y cuando, se combine con otros
alimentos con un alto porcentaje de proteínas, del cual carece la mandioca.
Otra característica nutricional de esta harina es que contiene mucho sodio, que
resulta muy perjudicial para la salud ya que favorece que se contraigan enfermedades, por suerte,
el sodio de la
harina de mandioca
es neutralizado gracias a su elevado contenido en potasio, además de otras cantidades más humildes
de fósforo, calcio y magnesio.
En cuanto a sus usos medicinales, la harina de mandioca favorece mucho la
digestión e incluso puede ayudar cuando el problema es una mala absorción de los alimentos y se
producen flatulencias, acidez e incluso ulceras.
El resultado de la harina de mandioca pulverizada es la tapioca, con ella
se puede espesar sopas, tartas u otros tipos de bizcochos. También se puede preparar farofa, una
especie de pan que se suele consumir en el Caribe para acompañar otros platos, como arroz,
legumbres o aves. Con la harina de mandioca, queso, aceite y huevos se prepara
chipá,
en forma de bolitas, muy típico de Sudamérica.
Pan de mandioca o farofa
- 250 gramos de harina de mandioca.
- 100 gramos de mantequilla.
- Una cebolla mediana.
- Un huevo.
- 100 gramos de beicon.
- 5 o 6 ciruelas pasas.
Elaboración del pan de mandioca
Para la preparación de este pan, lo primero que hacemos es picar la cebolla
finamente.
En una sartén fundimos la mantequilla y doramos la cebolla a temperatura baja
con cuidado de que no se nos queme. Después añadiremos el beicon cortado a tiras.
Posteriormente, incorporaremos las ciruelas pasas picadas en trozos pequeños y
más tarde, la harina de mandioca lentamente, mientras removemos para no hacer grumos.
Mezclamos bien todos los ingredientes y comprobamos si necesita que añadamos un
poco más de harina de mandioca o de mantequilla para que su textura sea flexible.
Cuando la harina de mandioca se dore, aproximadamente a los 10 minutos de
empezar a cocinarla, estará lista.
El pan de mandioca se puede servir acompañado de arroz, legumbres o carne.
También se pueden añadir en vez del beicon y las ciruelas: verduras, aceitunas o banana, que le
aportará un sabor excelente.